En Chile, durante los últimos 31 años, Perkins ha trabajado con sus asociados para mejorar el acceso a una educación de calidad para cientos de niños con discapacidad visual y discapacidad múltiple. En 2022, nuestro trabajo colaborativo alcanzó nuevos niveles cuando juntos establecimos un grupo de trabajo estratégico, una colaboración destinada a compartir mejores prácticas y orquestar un cambio sistemático en todo el país. Llamado GEDIM (Grupo Estratégico de Discapacidad Múltiple y Sordoceguera), el grupo incluye diversas organizaciones y líderes miembros de la sociedad civil, participando en iniciativas de capacitación, creación de conocimiento en círculos académicos y defensa apasionada de la legislación relacionada con la sordoceguera.
Entre estas personas notables se encuentra Analía Chamorro, una joven estudiante de derecho que ha desafiado las probabilidades a pesar de su sordoceguera. Su historia sirve como un poderoso testimonio de la resiliencia que sustenta la búsqueda de los derechos humanos para las personas con discapacidad. En el siguiente relato, tendrás la oportunidad de escuchar directamente a Analía mientras comparte sus experiencias personales y su dedicación constante a la defensa de los derechos de las personas con discapacidad en Chile.
Conoce a Analía Chamorro
Como persona con sordoceguera y estudiante de la carrera de Derecho en Chile, puedo notar que hay una brecha entre lo que dice la ley y lo que sucede en la vida real. En Chile contamos con leyes específicas y además adherimos a la Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad; pero no es suficiente, al momento de vivir el día a día, es cuando nos encontramos no sólo con las barreras físicas sino con las actitudinales: ir caminando y que te empujen o recibir comentarios despectivos es sólo una pequeña parte de lo que experimento día tras día.
Igualmente más allá de toda situación negativa siempre hay aspectos positivos por compartir y de eso también se trata este artículo, de enfocarnos en los derechos y en lo que podemos hacer.
Cuando finalicé la escuela secundaria y llegó el momento de ingresar a la Universidad, creí que todo iba a ser diferente, que iba a descubrir un mundo de personas maduras empáticas y respetuosas; pero mi ilusión duró poco tiempo, me encontré con el mismo mundo que venía transitando durante mi niñez y adolescencia: la resistencia, el aislamiento y la indiferencia.
Enfrentando al mundo
La resistencia siempre estuvo presente, lamentablemente cada vez que quiero iniciar algo nuevo en mi vida, estoy acostumbrada a escuchar la frase: “no estamos preparados para recibirte”. Y después de pasar por ella, tener que enfrentarse al aislamiento, y esta es una parte muy dura, estar en la clase y que tus compañeros no te saluden o que no quieran sentarse a tu lado y mucho menos guiarte hasta un lugar. Además como si todo esto fuera poco encarar a la Indiferencia, tener profesores que no sabían de mi condición y desarrollar sus clases diciendo: “miren la pantalla y lean la consigna”.
Tengo que confesar que estas situaciones me llevaron muchas veces a la frustración, y plantearme si iba a poder continuar, pero a su vez tenía una gran energía que me motivaba a seguir adelante. Y acá gran parte de este motor y energía se la debo a mi querida familia, que siempre me apoyaron y sobre todo creyeron en mí.
Después de toda mi experiencia, puedo afirmar que estas cosas pasan, y podemos hacer que queden en un pasado, porque está en nosotros la actitud de no darnos por vencidos, golpear puertas, pedir y exigir igualdad de condiciones.
Permaneciendo fuerte
Hoy estoy a meses de recibirme de abogada y puedo decir que en la universidad he forjado vínculos maravillosos, que tengo mi lugar como estudiante y también he ganado una posición como ayudante de cátedra, donde disfruto de dar clases, y en ellas tengo siempre presente el concepto de diversidad, respetando las diferencias y enriqueciendonos unos a otros. También estoy como tutora de un estudiante en el espectro autista y desarrollando una investigación sobre los desafíos de la regulación migratoria en torno a los inmigrantes en situaciones de discapacidad.
Está en nosotros la actitud de no darnos por vencidos, golpear puertas, pedir y exigir igualdad de condiciones. Es verdad que cuesta y a veces uno se siente cansado, pero poco a poco vamos logrando sumando avances para construir una sociedad más inclusiva.
Analía Chamorro
Ahora que estoy terminando esta etapa, se viene un nuevo capítulo y desafío en mi vida: llegar a ser jueza. Sé que el camino va a ser difícil, pero ya me caí y me levanté una y mil veces más, y en este contexto de tanta adversidad, transformé el dolor en fuerza
Así como yo hay gente que espera entrar a la universidad y si yo puedo romper esas barreras, hacer un camino más liviano, más ligero , por supuesto que lo voy a hacer , aunque eso signifique que yo tengo que pasar por todo esos malos ratos, a mí no me importa porque yo sé que hay gente que me tiene harta fe y tengo certeza que todo esto que he pasado, todo esto que he logrado, hay gente que también lo va a lograr y valorar, de mejor manera que lo logré yo.