Clarita Berg recibió el reconocimiento Steve Perreault por parte de la National Family Association for Deaf-Blind (NFADB) el 13 de julio de 2021. A continuación, nos cuenta su historia…
El reconocimiento que recibí en nombre de Steve Perreault es una maravillosa forma de preservar su labor hoy, entre nosotros, y mañana en futuras generaciones.
Steve poseía una personalidad que era como un imán para atraer la atención de padres, profesionales y estudiantes. Tenía extraordinarios conocimientos como educador que utilizaba con gran imaginación para enseñar cualquier tema con muy buen sentido del humor. Su infalible intuición le ayudó a generar cambios en sistemas educativos que se convirtieron en realidades porque los pudo explicar y planear paso a paso. Steve tenía la firme convicción de que todos podemos desarrollar nuestras habilidades innatas, algunas que ni siquiera sabemos que tenemos.
“Acércate al borde, él dijo. Ellos dijeron, tenemos miedo. Acércate al borde, él dijo. Ellos vinieron. El los empujo …. Y ellos volaron.”
Guillaume Apollinaire
Estas palabras de Apollinaire son un compendio de mi experiencia con Steve. En 1990 me pidió que hiciera una presentación y yo pensé que no estaba preparada, pero él creía en mí y me dijo que no tenía elección. Con ese empujón aprendí a confiar en mí misma. Steve tenía una habilidad especial para sacar a relucir lo mejor en todos nosotros.
Steve vivió toda su vida ayudando a adultos, jóvenes y niños sordo-ciegos y a sus familias. Desde el principio estuvimos de acuerdo que para ayudar a los niños a crecer y desarrollar al máximo sus potenciales teníamos que educar a los padres sobre las necesidades de sus hijos, y ellos tenían que convertirse en maestros y padres al mismo tiempo. Este concepto fue la base para que muchos educadores fueran entrenados específicamente a trabajar con las familias y establecer una relación más inclusiva.
En 1986 el proyecto de Sordo-Ceguera de New York aplicó para la beca federal incluyendo por primera vez un “Especialista de Familias” como parte de su equipo. Steve estaba trabajando para Perkins y se convirtió en una “conexión” entre los Especialistas de Familias. En una conversación con él, compartí que mis colegas y yo queríamos hacer el mejor trabajo posible pero nos era casi imposible porque escuchábamos la desesperación de las familias y no teníamos las herramientas necesarias para ayudarlas. Steve fue instrumental en organizar entrenamientos anuales para Especialistas de Familias.
Steve y yo nos hicimos muy amigos y hablábamos sobre cualquier tema. El tenía el don de saber escuchar; era un consejero maravilloso y se convirtió en Mi Ángel Guardian. Era un amigo real.
Steve era conocido, reconocido y querido por todo aquel que se cruzara en su camino. Era un hombre sencillo y con fuertes principios.
Al recibir este reconocimiento, me siento muy agradecida y orgullosa de haber sido parte de su vida. Él fue mi mentor y sobre todo el amigo que me enseñó muchas cosas. Mi mayor honor, al recibir este reconocimiento, es el hecho de haber podido trabajar y apoyar a familias, profesionales, y amigos a través de los años.
¡Gracias Stevencito por compartir tu eterna luz con nosotros!